martes, 4 de agosto de 2009

Me hace gracia.
Ver que la gente que he conocido, que conozco, y que aún me queda por conocer, tendrá de mi un recuerdo que no necesariamente será el mejor.
Porque me cuesta despojarme de mi tendencia a dejar a la gente sorprendida de mis actos.
Si uno espera ver a la Flavia tierna y dulce de siempre, y de repente se le aparece la Flavia hiriente y fría, se asusta.
Cuando muchas veces te encuentras con la Flavia optimista y pendiente de todos, se te hará raro ver a una Flavia egocéntrica y negativamente deprimida.
Soy muchas Flavias dentro de este cuerpo, todas exageradamente intensas, y eso confunde.
No sólo a los demás, a mi también.
Que nunca sé quien es la que me mira desde el espejo.