sábado, 11 de junio de 2011


Desierto

Sonidos del aire vienen a mi mente

Ecos de un tiempo pasado,

El sol a la arena mezclado,

En un recuerdo ausente.

Una mirada que penetra el alma,

Abrazos que ahora anhelo,

Besos envueltos en velos,

Caricias que me devuelven la calma.

Amor que he vivido en un tiempo perdido,

Vidas que no mueren pasados los años,

Milenios me separan de un cuento lejano,

Amor que aún busco, como al fruto prohibido.



http://www.youtube.com/watch?v=w39N6HYsHok




Pintura de Carmen Gómez Junyent, expuesta en Intergalería.

jueves, 9 de junio de 2011

Escribo porque no sé decir.

Las palabras puestas en un folio en blanco tienen otro sentido.

Más tangible, menos efímero.

No se las lleva el aire de mi boca, rumbo al olvido.

Quedan impregnadas de tinta. De lágrimas, a veces.

Las palabras que escribo ya no son mías.

Tienen vida propia, trazan su destino como si fueran dueñas del mío.

Y saben que lo son.

No sé competir en igualdad de condiciones con ellas.

Cada letra imprime su carácter, sus ganas, su intención de volar.

Hacia otras manos, otras miradas que las amen tanto como yo.

O que las teman un poco menos.

Mi miedo a pronunciarlas siempre me paraliza.

Y me lanza a gritarlas, con rabia contenida.

O callarlas para siempre, como siempre, comedida.

Por eso las escribo.

Para rendirme al encanto de poseerlas en otro alguien,

Para regalarlas a mi propia imagen,

Para que cumplan su misión.

Transmitiendo mi legado.

Mi silencio.

Lo que no puedo decir.

jueves, 14 de octubre de 2010

Acabo de despertarme, así, sin motivo, a las cinco de la madrugada.
Con un pensamiento dando vueltas y más vueltas en mi cabeza, insistiendo en que le hiciera caso.
Así que aqui estoy.
Borrando partes de mi intento de componer mi rompecabezas, partes que ya no encajaban, y que prefiero reemplazar por otras.
Dicen que uno no puede borrar el pasado, que lo hecho, hecho está.
Pero las palabras que uno usa para intentar darse cuenta de éstos hechos, sí pueden desaparecer.
Ya no me servían, no cumplían ninguna función, por eso se fueron.
Tengo el camino libre para volver a mi propósito.
Juntando palabras, buscando pedacitos de mí, comprendiendo que hay mucho por vivir.
Y sentir.

miércoles, 10 de marzo de 2010

el calendario sigue su curso, y yo sigo siendo.
Sigo siendo impaciente.
Impulsivamente reflexiva.
Inconcluyente.
Indagante.
Insaciable.
Irracionalmente lúcida.
Mezcla de recuerdos imaginarios, de memorias vívidas y vividas.
Pragmaticamente hermética.
Se dice que uno es lo que es.
Yo seguiré siendo.
¡Gústele a quién le guste y pésele a quién le pese!

martes, 4 de agosto de 2009

Me hace gracia.
Ver que la gente que he conocido, que conozco, y que aún me queda por conocer, tendrá de mi un recuerdo que no necesariamente será el mejor.
Porque me cuesta despojarme de mi tendencia a dejar a la gente sorprendida de mis actos.
Si uno espera ver a la Flavia tierna y dulce de siempre, y de repente se le aparece la Flavia hiriente y fría, se asusta.
Cuando muchas veces te encuentras con la Flavia optimista y pendiente de todos, se te hará raro ver a una Flavia egocéntrica y negativamente deprimida.
Soy muchas Flavias dentro de este cuerpo, todas exageradamente intensas, y eso confunde.
No sólo a los demás, a mi también.
Que nunca sé quien es la que me mira desde el espejo.

martes, 18 de noviembre de 2008

Comenzar algo es siempre un reto para mí.
Siento la adrenalina, el cosquilleo en el estómago, las ganas de hacer lo mejor que yo pueda.
Lo malo es que normalmente me quedo en mitad del camino, supongo que por una especie de inclinación innata a no terminar lo que empiezo.
Y eso pasa en todos los ámbitos de mi vida: sean en mis relaciones personales, en mis sentimientos, mis proyectos profesionales, mis hobbies, mis deseos, en fin, todo lo que ocupa mi atención suele quedarse a medias, inacabado, sin final.
Será que prefiero huir antes de enfrentarme a la decepción de que todo se acaba, más tarde o más temprano.
Será porque me cuesta asumir los finales, digerirlos y aceptarlos como parte de la vida.
O a lo mejor soy una niña caprichosa, que nunca sabe lo que quiere y salta de una cosa a la otra, creyendo que así podrá encontrar su tan ansiada felicidad.
O entonces puede que se trate solamente de que aún no haya encontrado algo que atrape mi atención de una manera realmente intensa y profunda.
Puede que todo lo que he dejado atrás no fuera lo suficientemente importante para que yo llegara al final.
Tengo muchas hipótesis, pero ninguna certeza.
Así empiezo a juntar los pedazos de mi todo...